Como el barco encallado he quedado anclado,
caminante al viento, navegante del infierno, que te ha pasado? que ha sucedido...
pues se ha quedado encantado, prendando, donde quedo el vuelo rasante del ave
de paso que se en cierne cada tarde, cada ocaso intento, intento ser yo mismo y cuando apenas reacciono me desconozco, caminante de muerte de tarde, la noche
sucumbe ante la mañana, como yo sucumbo ante sus ojos, y pierdo el sentido,
como pierdo el pasado en un instante de pasión... se ha fundido el día y la
noche, susurros nocturnos y espasmos llenos de locura, donde quedo la razón?
donde se ha perdido el pasado... huellas que borra el viento, en la arena, en
el cielo, cubre tu mi cielo, cielo del infierno, te añore cada mañana y nunca
te halle, nunca te reencontré, así te perdí, aquella tarde de invierno, en que
te vi alejarte de mí!!! consciente de mi inconsciencia he quedado paralizado,
tras noches de soledad el sol multitudinario me ha cegado, pero aquí sigo
encerrado bajo la oscuridad... debo escapar, fugar hacia la libertad de mi
destino inconcluso, cambio repentino pasajero matutino, que brilla de noche
como una estrella de colores, diablo donde te has quedado... sumisa
impertinencia donde has andando, tiempo nunca me has abandonado, sigo los pasos
del pasado y me pierdo en la memoria, aquellas grises tardes de invierno; entre
balas, fuego y muerte, que me han blindado, soy el ocaso tardío que desde la
arena ve como muere el sol bajo el mar, el cual se funde con el cielo, soy la
esperanza perdida de un iluso soñador, soy vida y muerte...
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